30.6.24

Primera fotografía en la historia. Niño tirando de un caballo


No hay completa seguridad sobre cual fue la primera fotografía que se conserva en este siglo XXI de las que hicieron los pioneros de la fotografía. Es seguro que Nicéphore Niépce sea el autor de las dos que se disputan con más fuerza ese trono, de momento. Y si bien la de una fotografía de los tejados que se veían desde su casa y hecha en 1826 está considerada la primera. pero se sabe que al menos hizo antes otros tres intentos de los que no tenemos constancia gráfica ni datos.

Para conseguir esa famosa fotografía Nicéphore Niépce utilizó una lámina elaborada con una aleación de estaño, zinc y plomo, conocida como peltre. La lámina fue recubierta por una solución de aceite de lavanda y betún de Judea. Esta mezcla tendría la propiedad de adquirir suficiente dureza al contacto con la luz. El autor bautizó su método fotográfico como heliografía.

El principal problema no era tanto fotografiar o retener imágenes, sino poderlas conservar, que no se perdieran a los pocos minutos. Y que se vieran en positivo y no en negativo.

Pero hay otros estudiosos que consideran que la primera foto se trata de "Niño tirando de un Caballo", una reproducción por contacto de un grabado holandés, datado previsiblemente en 1825. De hecho, esta foto se llegó a vender en 2002 por medio millón de euros como la primera fotografía de la historia. 

¿Se puede considerar fotografía a una reproducción por contacto de un grabado? Sería otra duda a tratar.

29.6.24

La fotografía y la memoria archivada

No hace mucho, estuve en Valencia, una visita rápida de la que si no es por la fotografía no tendría casi recuerdos mentales, memoria de lo que hice y observe. Fueron dos días muy interesantes por el Arte Urbano en pequeño formato que descubrí por algunos barrios.

De alguna manera, la fotografía nos vuelve nuestra memoria en algo permanente. Aunque el exceso de fotografías relativiza eso, pues no estamos dispuestos a estar revisándolas constantemente. Pero… esa fracción de segundos que utiliza la cámara en disparar se convierten luego, con los días o años, en segundos para recordar.

Esa es la magia de la fotografía que atesoramos. Nos podemos recordar y volver a ver durante muchos años, en tiempos ya perdidos. Al final y de forma curiosa no recordamos solo por lo que retenemos en las fotografías, pues se apoderan por acumulación de nuestra memoria no fotografiada.

Viaje con dos o tres cámaras, la grande, la réflex Canon ya la dejé para mi ciudad solo. Mis Sony RX100 o incluso mi iPhone me cubren el expediente, admitiendo que no es lo que más calidad me ofrece. Pero es lo más cómodo. 

No sabemos cuantas personas en el mundo disponen hoy de cámaras fotográficas capaces de hacer fotos aceptables. pero podemos comentar sin equivocarnos, que posiblemente nos estemos moviendo entre 6.000 y 8.000 millones de personas. Y cerca de las 5.000 de ellas tienen alguna cámara fotográfica además del teléfono moderno.

Nuestra memoria depende en gran medida de estas herramientas. Para bien o para mal, la fotografía se ha convertido en una nueva manera de recordar que nuestros padres y sobre todo abuelos, nunca tuvieron. Y por añadidura, en algunos casos hemos perdido ahora incluso aquellos recuerdos que vivimos. 

Yo no tengo ninguna fotografía de uno de mis abuelos. Nunca sabremos cómo era, ni sus nietos ni mis hijos. Hemos perdido definitivamente la memoria.


Henri Cartier-Bresson. Domingo a orillas del Sena


La cámara fotográfica es un cuaderno de bocetos, un instrumento de intuición y espontaneidad. Henri Cartier-Bresson - 1976

La imagen que vemos arriba, una clásica mirada del fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson la tituló: Domingo a orillas del Sena, realizada en alguna pequeña localidad de Francia en el año 1938. 

Hoy con la imagen digital en nuestros bolsillos entendemos con menos valor las obras de Henri Cartier-Bresson que portaba cámaras grandes, lentas, y cuyos disparos de instantáneas además de caros —lo que dificultaba dispara decenas de veces para una misma escena como hacemos ahora— no disponían de técnicas automáticas y tanto exposición como velocidad tenían que calcularse de forma manual o con la ayuda de fotómetros o telémetros.

Está el 1, el 2, el 3, el 5 e incluso el 6. Pero no está el 4


No es posible explicar la belleza, la estética, el orden, la distribución correcta.

No hay una belleza, una sola estética, un solo orden válido.

Aquí podemos ver un bodegón hermoso a la vista, y sin querer tiene todos los números del 1 al 6, menos el 4.

Hay una sola maceta naranja o de color.

Una sola planta como la de arriba y en medio de las otras.

En cambio hay dos plantas verdes como las de los extremos de abajo. Y están distribuidas las macetas en dos líneas.

Hay tres plantas iguales, como las de arriba en los extremos más la del recipiente naranja. Y hay tres plantas por cada fila. También la totalidad de las macetas forman tres columnas.

Hay cinco macetas blanca.

Y en total hay seis macetas.

Pero no es posible encontrar el cuatro por ningún lado.


28.6.24

Dorothea Lange y un icono de la historia de la fotografía


Esta imagen de la fotógrafa norteamericana Dorothea Lange, se ha convertido en una clásica fotografía de los inicios de este Arte, por el tratamiento fotográfico muy similar al de un cuadro de pintura. Esta madre migrante fotografiada en 1936, muestra a una mujer dolorida por la pobreza con la que tenía que mantener a sus hijos ante la Gran Depresión.

Se llamaba Florence Leona Christie, tenía en la imagen 33 años y siempre se ha sentido muy dolida de estas imágenes que le tomaron a su familia con permiso de fotografiar pero sin permiso para ser publicadas pues así lo comentaros las dos mujeres y por las que nunca recibió ni ayuda ni una recompensa aunque hayan supuesto un icono fotográfico.

La propia Florence Leona Christie dijo años después: Me gustaría que Lange no hubiera tomado la fotografía. No he ganado ni un centavo con ella. Lange nunca me preguntó ni siquiera mi nombre y dijo que no vendería las fotos. Además añadió que me enviaría una copia pero nunca lo hizo.

La identidad de Florence permaneció en el anonimato hasta el año 1970, de cuando son las declaraciones que he dejado arriba. Se hicieron siete imágenes, de las que dejo algunas muestras.



Un arbusto modesto se disfraza


No es un arbolito amarillo, crema, blanco roto. Es un ramillete natural de flores de un arbusto. Un humilde arbusto que quiere por unos días sorprendernos. 

No ofrece frutos interesantes, tampoco flores muchos días, pero sabe que debe cumplir su misión para no desaparecer. 

Y nos contenta con estos ramilletes. 

Cada uno hace lo que puede y sabe.

Contempladores de la Lonja de Zaragoza, mirándonos



Los pusieron hace ya muchos años de aquello, en lo alto de la Lonja de compras y ventas, para vigilarnos, para que estuvieran pendientes de nuestros negocios.

Pero con los años han perdido frescura y se les ha quedado una cara de piedra, seca y enjuta, como desabrida tras los muchos fríos y calores de los siglos inmóviles. 

Nunca se les escucha queja alguna sobre lo que sucede a su alrededor. 

Simplemente miran. Nos miran.

El ojo que miraba de reojo



El ojo negro de la puerta me miraba de reojo. 

No es que lo intentara cerrar, es que miraba ladeadamente. 

Como enfocando solo al suelo más cercano. 

Como intuí que no me veía me acerqué y me puse a su lado. 

Entonces vi los restos de colores viejos en la puerta. 

Tras aquel ojo vacío solo se intuía el fondo negro. 

Era un ojo obstruido, sin terminar de vaciarse.

Un ojo como muerto y seco pero sin finalizar su camino a la luz. 

Era un amago de ojo sin sentido. 

No tenía ni la belleza de los clavos oxidados.


25.6.24

Semillas de apio al aire


Semillas. Mi aportación hoy a la naturaleza es esta flor de semillas. Creo que son de apio, pero sería lo de menos, pues la belleza radica en su formación, en su diseño natural.

23.6.24

Flor de cebollino… en las últimas


Cuando un cebollino se nos va, siempre nos deja sus semillas de recuerdo, para que podamos seguir contando con su presencia… si queremos. Es vida pura, natural y con ganas de tener continuidad. Así que las recogemos y las conservamos para la siguiente cosecha.

22.6.24

Has aprendido lo que significa la libertad…


Has aprendido lo que significa la libertad y ya nunca lo debes olvidar.

Esta frase estaba en el Muro de Berlín conservado en la ciudad alemana. No es nada, no quiere decir nada, pues somos muy olvidadizos. Realmente si la dejan escrita en un muro es precisamente por saber todos que tendemos al olvido. Pero es igual, tampoco queremos leer.

21.6.24

¿Qué sentido tiene poner algo más sobre la puerta?


Para la mayoría de nosotros esto que vemos es basura, sin paliativos. Acumulación de tonterías en una puerta. Un poco en la teoría de "Los cristales rotos" en donde a poco que se deje algo sin limpiar, todo se convierte en una mierda. Literal.

¿Qué sentido tiene poner algo más sobre la puerta? Pues posiblemente solo el de acumular, el de "estar" también allí, entre la mierda. No estar… sería no ser.

16.6.24

Una calabaza antes de ser calabaza


Un amarillo natural, una protuberancia que sirve para crear belleza y continuidad de la especie. Una flor. Naturaleza que se repite. Nada más que eso.




13.6.24

No tengas dudas de lo que tú eres


Es una buena pregunta. Para todo momento. ¿Y ahora…? 

Somos dudas y desde las dudas construimos. 

Si no tuviéramos dudas no seríamos capaces de avanzar, de construir algo nuevo.

¿Y ahora qué sigue?

Pues sigues tú.





11.6.24

Simplemente amarillos naturales


De amarillos. De amarillos naturales. De mirar para buscar colores similares a los que buscaba.

Colores y formas. Nada más que eso.

Puede que suficiente.



Buscar puertas de colores


Decoremos las puertas vacías de las calles para que tengan una sensación de vitalidad. Pongamos color en las calles para imaginarnos que están vivas. Disfrutemos al pasear por calles originales, diferentes, distintas a las habituales. 

9.6.24

Soledad y mirar para otro lado. Es la moda


A raíz de la pandemia aprendimos a escondernos dentro de mascarillas y sobre las casas nos enseñaron que había que mirar hacia dentro y de otra manera. Teníamos cuevas y no lo sabíamos.

Pero hemos despertado de esa pandemia de hace cuatro años algo peores, más débiles, más histéricos y violentos, más solitarios.

No nos miramos, mucho menos nos tocamos, creemos que todos son enemigos en potencia, y hemos ido haciendo un caos ese mundo que nos imaginábamos mejor.


8.6.24

Las cadenas que nos unen unos a otros, siempre son diferentes


No son tiempos de culturas ni de líricas, tampoco de poner en valor las artes, ni de dedicar tiempo personal o colectivo al cuidado del pensamiento, al crecimiento interior. Triste reflexión, lo sé.

Aunque la verdad sea dicha, creo que nunca es momento para prosperar interiormente ni de forma colectiva ni de forma privada, si no es a través de una gran lucha interior contra uno mismo. 

Siempre el mundo y con él su sociedad ha valorado muy poco todo intento por crecer en conocimiento grupal, por disfrutar de las artes, por ser más felices por el interior y no por el exterior.

Así que tal vez estos tiempos de hoy no sean peores que otros de ayer o que incluso los que tengan que venir mañana. 

También es cierto que las personas que quieren elegir las miradas más interiores, suelen no mirar las circunstancias que golpean a la sociedad que solo miran, tal y como hacer las contrarias con los que intentan cultivarse y contemplar la valioso sin precio. 

Tal vez estamos llamados a no entendernos. 

Gracias a estos desencuentros, logramos que subsistan las dos formas de entender la convivencia y la sociedad. 

Los que buscan algo más (o mucho más) que sobrevivir, y los que creen que para vivir y convivir antes hay que llenarse por dentro de pensamientos e ideas.

Que cada persona sea libre para elegir su forma de mirar el mundo, de vivir su vida, de convivir con sus circunstancias y entornos.


Todos son dudas con el caos


¿Qué es el caos? 

¿Algo que simplemente no entendemos de forma rápida? 

¿Realmente es algo inentendible, desagradable?

¿Es incomprensible el caso y por eso nos desagrada?

         ¿Es lo mismo ininteligible que incomprensible?

¿Puede que el casos sea simplemente la suma de varias capas?

¿Podríamos entender mejor el caso, si pudiéramos separar por parte ese todo que no comprendemos?

      ¿Si alguna parte del caos la entendemos, la podemos utilizar de palanca?


2.6.24

Podemos ser viejos aunque seamos jóvenes. E incluso al revés


A veces nos encontramos con jóvenes muy mayores.

Y con mayores muy jóvenes. 

Es cuestión de la edad.

De la mental y de la otra.





Queda prohibido cansarse de lo que nos toca ver.

Hay que ser curioso siempre.

Podemos ser lo que nos de la gana ser.

La edad es solo un añadido natural.



1.6.24

¿Sufren los pimientos cundo los cortamos de la mata?


Será un pimiento.

Seguro.

Lo recogeremos de adolescente, sin formar del todo, para que sea suave.

Y lo meteremos en un aceite caliente, fuerte, con sal para realzar sus sabores.

Nunca nos hemos preguntado si este pimiento sufrirá.

No habla, no grita y por eso suponemos que no tendrá dolor cuando lo cortemos con la tijera de su mata.

No quiero tener dudas.

No quiero saberlo.






Bebés de tomates amarillos


Serán tomates.

En pocos días serán comestibles, alargados y amarillos.

En un poco de espera, pasarán levemente por el aceite de oliva para mantener su dulzor.





Un monasterio de Rumanía


Dos frescos ortodoxos.

Nunca estuvieron tan cerca.

Ni tan lejos.






El interior de un árbol, en dos tonos


Maderos texturizados.

Dos colores, dos tonos.

Son las tripas interiores de un árbol, convertido en madera de puerta.