26.4.25

Pan redondo como en la Última Cena


En la Última Cena se repartió pan, posiblemente trozos irregulares de un pan redondo grande. De allí que la forma redonda de la hostia consagrada posterior que se reparte en la Comunión, tenga varios significados simbólicos que se fueron desarrollando a lo largo de la historia de la Iglesia.

El círculo no tiene principio ni fin, lo que simboliza la eternidad de Dios y la naturaleza eterna del sacrificio de Cristo. También representa la unidad de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, donde todos los fieles están unidos en la Eucaristía.

En los primeros siglos del cristianismo, el pan utilizado en la Eucaristía era probablemente pan común, similar al que se usaba en las comidas, y se partía en trozos antes de la distribución, tal como se describe en los relatos de la Última Cena.

Con el tiempo, en la Iglesia Occidental, la Iglesia Católica Romana, se fue adoptando la costumbre de utilizar pan ácimo (sin levadura), siguiendo la tradición de la Pascua judía, que fue el contexto de la Última Cena. También se comenzó a utilizar una forma más uniforme y delgada, lo que llevó al desarrollo de las hostias.

Hacia los siglos IX y X, la forma redonda, pequeña y fina de la hostia comenzó a generalizarse en la Iglesia Occidental. Esta forma se hizo cada vez más común debido a las razones simbólicas mencionadas anteriormente y por su plasticidad.

El círculo es considerado una figura geométrica perfecta, simbolizando la perfección de Cristo y la plenitud de la gracia divina presente en la Eucaristía. En la tradición cristiana, Cristo a menudo es asociado con el sol como la luz del mundo. La forma redonda de la hostia puede evocar esta simbología solar.

Aunque la Última Cena involucró pan partido, la Iglesia Católica adoptó la forma redonda para la hostia consagrada por su rico simbolismo de eternidad, unidad, perfección y la asociación de Cristo con el sol. Esta práctica se desarrolló gradualmente a lo largo de la Edad Media, consolidándose como la norma alrededor de los siglos IX y X. La hostia sigue siendo de pan ácimo, recordando el pan utilizado en la Pascua y en la Última Cena.

Es importante notar que algunas Iglesias Católicas Orientales tienen tradiciones diferentes en cuanto a la forma y el tipo de pan utilizado en la Eucaristía.