22.8.15

Una flor encogida sobre sí misma para defenderse

Las flores también se encogen, como las personas. Se arrugan, se aprietan sobre ellas mismas, se cierran en busca de ayuda propia, sacan a relucir sus armas picantes y puntiagudas para defenderse de los enemigos cuando se imaginan que quieren ser atacadas. 

Si es que al final, no sé, pero llegaremos a entender que incluso las flores son inteligentes.