Hasta aquí.
No quiere traspasar la línea que abre otros caminos.
Se queda fijo sin mirar al suelo, pues no lo necesita.
Solo al frente, buscando si merecía el horizonte, para saltar la línea.
No me quedé para saber qué decidió al final.
¿Para qué, si no iba conmigo su decisión?