Las puertas antiguas son ahora simples objetos muertos que nos miran.
Testimonios de otras vidas, de tiempos ya fallecidos.
Alguien las construyó con la mayor ilusión de uso. Y se usaron desde lo nuevo. Ahora ya no.
Hoy nos parece algo caduco, un simple cadáver de otros tiempos.
Si acaso algo bello en el momento de la mirada.