Y cuando un papel se convierte en "él" papel, todo parece tener otro sentido, te gusta de otra forma, te apetece jugarte la idea sin quemarla, sin esperar, pues representa un pequeña parcela de la vida, de la idea, del coste de seguir vivo mirando, viendo y buscando.
Entonces es cuando te entran fuerzas de compartirlo, aun sabiendo que es una simple arena de papel, una basura más, un detalle sin importancia aunque te agrade.
La vida está llena de pequeños caminos cerrados, y sobre todo de caminos que nos cerramos nosotros mismos antes de explorarlos.