El principio fue el Grito, la Señal, el Mensaje, el Logo. Podríamos decir que cuando los habitantes de las cuevas, mujeres u hombres, dibujaban bisontes o ciervos, estaban haciendo publicidad de sus logros, nos intentaban explicar sin saber que aquellos trascendería miles de años, qué eran capaces de hacer y comer.
No es posible vivir sin publicidad o sin Logos, pues siempre hay gentes que nos quieren vender sus ideas, sus mensajes, sus marcas y productos. No se trata de evitar que existan sino lo que debemos hacer es relativizar su impacto, hacerles mucho menos caso.
Compramos un televisor Sony y nos condenamos a ver todos los días y sin darnos cuenta el Logotipo de Sony durante unas horas. Eso mismo hace Telecinco o cualquier cadena de televisión que insiste en que sepamos qué estamos viendo. Son los tiempos.