Alguien necesitó este tronco para crear un espacio pintado con figuras geométricas sin ya nadie recordar los motivos.
Aquel árbol se cayó rendido, necesito tropezarse contra el suelo y se quedó partido en varias fracciones.
Pero mantuvo todavía las pinturas negras en su tronco de madera, señalando que tuvo un uso extraño.
Cuando una geometría la troceas deja de ser un elemento válido, para convertirse en muchos elementos complejos de entender.
O reconstruimos la geometría dividida, o no la entenderemos nunca. Lo cual en este caso, no nos importa mucho.
