Me caí sobre un suelo húmero y empecé a pudrirme poco a poco.
Pero antes, ya había perdido gran parte de mis colores naturales, de mis colores vivos.
Siempre que te caes, antes, vuelas unos segundos, o unas décimas de segundo.
Insuficientes.
Lo primero que notas es el frío, luego ya y poco a poco… nada.
Y enseguida el silencio va llegando para calmarte.
