23.2.24

Entre Bicho y Dragón, ya veremos


El bicho no bicho estaba calmado. Iba para Dragón y se quedó en Bicho. Era un bicho calmado y sonriente precisamente eso, un ser que de momento está calmado y sonriente por saber que podría ascender de categoría. Como los humanos. 

Si se nos provoca —a todos— saltamos y tendemos a demostrar que somos capaces de morder en el cuelo de cualquiera que se nos acerque, y comerlo luego incluso tomando bicarbonato después. 

No te fíes de las apariencias, pues fíjate si parece pequeño el Espíritu Santo y hay millones que le temen en sus vuelos de pasada buscando almas débiles. Dicen que los demonios están entre nosotros y que a veces saltan a nuestra yugular para llevarnos al Fuego Eterno. 

Pero en cambio otras personas vivas, incluso os lo juro… vivas, que pagan un huevo de factura por su calefacción central y para estar calentitas. O que están todo el día mirando pantallas negras como si fueran los infiernos.

¿En qué quedamos con los infiernos?