Todos y siempre, permanecemos en equilibrio constante. No para no caer, que también, sino para que no nos empujen y nos tiren, para soportar los vaivenes de la vida.
El equilibrio es estar asentado sobre menos puntos de apoyo de los que en realidad necesitamos, pero aprendemos a jugar con ello, a movernos ligeramente y a realizar fuerza contra nuestros suelos, para que no nos tiren.
Tener equilibrio en la vida adulta es fundamental para sobrevivir, pues son muchos los que intentarán empujarnos para sacarnos del espacio que ocupamos.
Cuando somos ancianos tendemos a perder el equilibrio y entonces nos dedicamos a realizar ejercicios de fuerza y de movimientos acompasados. Es Ley de Vida.