20.11.25

No sabía cómo salir del atolladero


El ruido aumenta mientras te atenaza, muchas veces, se sufre en silencio, dudando de dónde estás y sobre todo dudando de hacia dónde quieres ir. 

Te miras, te observas desde fuera, nada te gusta, pero permaneces quieta a la espera de nada.

Sabes que a poco que te muevas te caerás. Y te quedas ensimismada, esperando la nada.

El silencio a veces, también funciona.