No es fácil saber qué es.
Incluso sé que con el tiempo, yo también lo olvidaré.
Sí, es una puerta, pero es curiosa.
No es bonita, más bien es horrorosa.
Tal vez su belleza radique en eso precisamente.
En su fealdad.
En esos bultos aleatorios en sus formas.
Como chafados por el paso de los tiempos.
¿Por qué me la quedé mirando?
Parecían setas metálicas que habían crecido para querer huir del propio metal.